Quebrada del Toro

Los rojos, vivos, estallan multitudinarios sobre los verdes y los ocres hasta recortarse en un azul insondable. Con esta breve, suave sinfonía de colores de los ceibales en las montañas, comienza la Quebrada del Toro, pocos kilómetros al Oeste de Campo Quijano. Y es sólo el inicio, pues los colores, pequeños e inmensos, homenajearán los sentidos atentos.
La Quebrada del Toro es un desgarro de la piedra, una falla de la corteza terrestre conocida por los geólogos como el lineamiento Calama Olacapato Toro. Pero no deja de ser un tajo de la carne andina. Y los más asombroso es que esas montañas que parecen tan secas conocieron de aguas permanentes. Entre Campo Quijano y la Estación Ingeniero Maury los cerros están hechos de rocas marinas de 550 millones de años, piedras pizarrosas verdes y grises depositadas en el inmemorial fondo de los abismos oceánicos.
Pero en El Gólgota el ambiente cambia abruptamente. Las rocas verdes se mutan en rojas y amarillas. La Quebrada, a medida que se asciende hacia el Oeste, deja de apretar y se hace más ancha, pues la piedra de arenisca y caliza se deja acariciar y modelar por el agua y el viento. Las calizas amarillas son las rocas de la Formación Yacoraite, formadas cuando desparecieron los dinosaurios, conservando secretos de ellos en forma de sus gigantes huellas.

Ubicación