Cabalgatas

Cabalgatas en la estepa
Árida y salvaje, con sus oasis de lagunas y manantiales, ésta zona se abre a los visitantes para poder ser recorrida y visitada a caballo. Las cabalgatas, suavemente, ascenderán valles y permitirán apreciar cómo en medio de esta tierra desértica emergen prehistóricos matuastos, veloces choiques, simpáticos piches, variados patos y coloridos flamencos. Las aves acompañarán el andar con vuelos circulares y observando con curiosidad, para ser testigos de un sorpresivo y grato encuentro: aquel que se producirá con los típicos asentamientos de los pobladores y los humildes paisanos esteparios.


Cabalgatas en la precordillera
La precordillera es una zona de transición entre las altas cumbres y la vasta estepa. Al paso firme de la manada, entre cañadones rocosos de origen volcánico, los caballos van, zigzaguean en la inmensidad. Sin prisa pero sin pausa. Entre los valles de vegetación rala irán apareciendo los primeros árboles: retorcidos cipreses resistentes al viento, maitenes de frondosa copa y el fuerte chacay.


Cabalgatas en los lagos
Con su encanto particular y sus contrastes de colores, ésta región de extensos espejos de agua, rodeada de frondosos bosques y numerosos ríos de deshielo, regala en cada paseo una aventura diferente. En medio de picadas y caminos poco poblados y con el marco de los incomparables lagos Moreno, Gutiérrez, Mascardi y Nahuel Huapi, se pueden apreciar los subyugantes panoramas de los cerros más reconocidos de Bariloche. Y como si fuera poco, todo dentro de un ámbito natural privilegiado.


Cabalgata en la cordillera y zona de los glaciares
En los valles quebrados y los tupidos bosques, donde el gaucho se hace paso a machete, es posible ser protagonista de una experiencia diferente dentro de un marco único. En glaciares de hielos eternos, destacados sobre un paisaje de cumbres nevadas y caudalosos ríos y cascadas, será cotidiano observar el vuelo de uno o varios cóndores andinos sobrevolando la zona. Dentro del bosque, se apreciarán progresivamente ejemplares de lengas, que en épocas otoñales contrastan con sus vivos colores. Más allá, se divisarán paredes de hielo, reflejando sus colores blancos y azules, mientras podrán suceder continuos, estruendosos e imprevisibles desprendimientos de hielo del glaciar.